Google concluyó una batalla constitucional de 14 primaveras sobre las prácticas de facturación publicitaria, acordando un acuerdo sustancial sin albergar ninguna irregularidad. La resolución marca un momento significativo en la compleja historia de la compañía de regulaciones de publicidad digital.
El panorama universal. La demanda se centró en las acusaciones de que Google manipuló su plataforma AdWords entre 2004 y 2012, específicamente dirigida a dos temas esencia: sujetar artificialmente los descuentos de anunciantes a través de precios inteligentes y distribuir anuncios más allá de la ubicación geográfica designada por los anunciantes.
Contexto. Los anunciantes acusaron a Google de violar la ley de competencia desleal de California, alegando que el hércules tecnológico engañó a los participantes en su software de publicidad. El proceso constitucional fue extraordinariamente confuso, que implica la producción de más de 910,000 páginas de documentos y múltiples terabytes de datos de clics.
Por qué nos importa. El caso destaca la importancia de responsabilizar las plataformas de cómo se facturan y atacan las campañas publicitarias. Este resultado puede fomentar regulaciones más estrictas y un maduro cómputo en las plataformas publicitarias, lo que lleva a las empresas a exigir prácticas publicitarias más claras y confiables.
Para aquellos que usaron AdWords de 2004 a 2012, el acuerdo podría significar una compensación financiera directa. En términos más generales, refuerza la carestia de que los anunciantes monitoreen cuidadosamente el rendimiento de los anuncios y las prácticas de facturación para respaldar el valencia regular de sus inversiones.
Detalles financieros. El acuerdo totaliza $ 100 millones, que cubre a los anunciantes que usaron AdWords durante el período especificado. Los abogados de los demandantes pueden admitir hasta el 33% del fondo de baratura, con $ 4.2 millones adicionales asignados por gastos legales.
¿Qué sigue? El plaza Requiere aprobación legal, potencialmente cerrando un capítulo polémico en el panorama regulatorio de la publicidad digital. Google mantiene su postura de resolver una disputa sobre “las características del producto publicitario cambiado hace más de una decenio”.